Donde habita el manifiesto de mi pasión

Cuando inicie con la idea de armar mi Home Studio solo tenía las ganas, las que me llevaron a ir formando esa idea y luego manifestarla.

Como en todo inicio las dudas, la incertidumbre y el miedo a fallar siempre están presentes, sin embargo, las ganas y la pasión son los mejores aliados para seguir adelante con ese proyecto que nos roba el sueño. Con el tiempo, la práctica, la prueba y el error, el estudio fue tomando aspecto.

La formación profesional ha sido un punto clave, pero también lo ha sido la relación con otros colegas que compartimos el mismo interés, la pasión por el voiceover y la producción de audio.
Este espacio se convirtió en mi guarida, en el refugio de la inspiración, por eso cada detalle cuenta. Con el tiempo cada rincón del estudio cuenta una historia. Cada cable, adaptador, equipo que ha sido reemplazado, y aún conservo, poseen al menos un fragmento del proyecto que inició solo con las ganas y una idea. También han sido parte de mi historia los paneles pegados a la pared, las diferentes posiciones del micrófono, los ajustes de volumen y los bombillitos agregados para dar iluminación al espacio.

Ahora esta es mi base de operaciones y a la misma vez mi lugar de paz, al igual que el camión del camionero, el salón de la estilista, la oficina del contable y el taller del escultor, así mismo es el estudio para un locutor. Mis colegas que ya empezaron a armar sus estudios y los que ya lo tienen saben lo que se siente. Por eso, si todavía no has comenzado, te aliento a dar el primer paso y recuerda que puedes iniciar solo con una idea y las ganas.

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