Vivir cada día con gratitud
«Gracias a la vida, que me ha dado tanto» Violeta Parra
Aquel niño pronunció la palabra mágica y todo a su alrededor se transformó. No fue «abracadabra», tampoco «¡ábrete, sésamo!». Sencillamente, cuando una señora le pasó un juguete, el niño dijo: «Gracias». Esa fue la palabra mágica. Tan pronto el niño la pronunció, todo a su alrededor se transformó. La señora sonrió… y los demás también. El ambiente quedó repleto de una alegría radiante. ¿Qué tiene la palabra «gracias» para ser tan poderosa, para hacernos sentir tan bien?
La gratitud llena el corazón de alegría y generosidad. Requiere que nos entrenemos continuamente para que los detalles de la vida no pasen desapercibidos y podamos vislumbrar un nuevo agradecimiento cada vez que esta «palabra mágica» se convierta en una actitud, en una forma de ser, cada vez que sea posible.
Recordar para aprender y agradecer
Tan solo recuerda a las personas que, en cierta forma, te han marcado o influenciado de manera positiva en la vida. Si puedes llamar a esa persona y darle las gracias, hazlo mientras lees esta reflexión. No lo dejes para después.
Recuerda también algún momento valioso para ti. Toma el tiempo para traer a tu memoria esos encuentros que han sido determinantes en tu vida, y agradece. «Recordar» es traer de nuevo al corazón o a la mente lo vivido. «Recordar» es una palabra que proviene del latín «recordari», «Re» que significa «de nuevo» y «Cor» que significa corazón o mente.
Agradezcamos por cada lección aprendida, por las risas y lágrimas compartidas y por la fortaleza descubierta en los momentos difíciles. Al recordar, encontramos razones para estar agradecidos por el año que termina y nos llenamos de esperanza por lo que ha de venir.
Capacidad de asombro
Ser agradecidos nos conecta con la cotidianidad, con las cosas simples y las no tan simples de la vida, y nos capacita para disfrutar de ellas practicando la sorpresa, maravillándonos de todo, como los niños.
Maravillarse de todos los privilegios que tenemos, tomar agua, sentarnos a respirar, poder brindar una caricia o un abrazo y recibirlos, ¿Qué es lo que más te maravilla y por cuáles das gracias? ¡Practiquemos esta capacidad de asombro! Eso nos llevará cada día a vivir más agradecidos y despiertos.
Dar gracias es gratis. Siete letras que se convierten en una «palabra mágica» que abre puertas y que contagia de alegría y esperanza nuestra cotidianidad.