Una idea del Consumidor post COVID-19

Cada año las empresas comienzan sus operaciones con los escenarios de oportunidades y amenazas claros y definidos, y los planes de acción para sacar el mejor provecho posible de estos escenarios, es lo normal, es lo común. Sin embargo, en el año 2020 todo cambió. Ningún plan empresarial tenia incluido un escenario de pandemia en su mapa ni estrategias para manejarlas, y sin embargo, esto fue justamente lo que sucedió, afectando los planes de cada empresa en el mundo.

En occidente, desde mediados de febrero vemos en los medios de comunicación cómo las mismas situaciones y problemas, salvando las diferencias de cada país, se repiten alrededor del mundo. Las personas se sienten curiosas y escépticas primero, ante el tema del Covid-19, pero luego pasamos del escepticismo a la ansiedad cuando el virus hacía su debut en casi todos los países en cuestión de días. Pronto los gobiernos comenzaron a tomar las primeras medidas, que casi de inmediato, incluían distanciamiento social y cierre de muchos negocios no esenciales.

De pronto, estábamos en casa, algo mal preparados y sin información concisa o precisa de cómo o hasta cuándo permanecer allí. La etiqueta “Quédate En Casa” fue el discurso, el consejo, la directriz de gobiernos, marcas y empresas, y mientras muchas necesidades básicas continuaban, ahora suplirlas requería un poco más de creatividad de parte de todos, empresas y consumidores.

Quienes han permanecido en casa en estos largos meses han tenido la oportunidad de reflexionar un poco sobre algunas cosas, entre ellas, sus patrones de consumo. Las grandes marcas, los investigadores y pensadores que han dedicado tiempo a analizar estos comportamientos piensan que algunos de estos patrones cambiantes se mantendrán en el tiempo, aún después de la pandemia. Vale el esfuerzo destacarlos acá, porque pueden representar los criterios bajo los cuales los compradores valorarán las marcas y productos que consumen en lo adelante, por ejemplo:

La salud preventiva ahora podría pasar a ser un tema de mayor relevancia para todos, y no solamente para una minoría interesada en los deportes y la nutrición. Las personas pudieran ser ahora más conscientes al momento de comprar sus alimentos, o de cocinarlos, o de combinarlos, con lo cual la industria de la comida debe comunicar mejor el valor alimenticio detrás de sus productos.

Ahora que pasamos muy poco tiempo al aire libre, la naturaleza. el sol y el mar, podrían ser recursos más valorados, como fuentes de salud. La oferta hotelera y de ocio, puede utilizar aún más el valor de los espacios al aire libre y la naturaleza en sus discursos y esfuerzos de venta y marketing. Lo mismo para el sector inmobiliario, a través de la incorporación de espacios al aire libre o áreas verde en sus nuevos proyectos de construcción, pues la gente valorará más los accesos a patios, jardines y/o balcones.

El optimismo se valora más. Las marcas muestran a su público objetivo una perspectiva positiva de las situaciones cotidianas como estar en casa, de cocinar en familia, de compartir responsabilidades, así como el valor de del tiempo, y de la vida.

Las compras en línea son ya parte de la cotidianidad de muchas más personas, y de distintas edades. Se pierde un poco el temor de comprar en línea que tienen los adultos mayores, con lo cual se pueden aprovechar las condiciones para desarrollar nuevas plataformas y servicios para cubrir necesidades de este grupo etario.

En general, se espera que el consumidor post covid, consuma mejor, no necesariamente menos, y que su lista de prioridades cambie, en beneficio del medio ambiente y una re-educación financiera.

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